Si bien la reciente intervención en el mercado de divisas por parte de las autoridades japonesas para frenar la caída del yen ha generado revuelo, cabe destacar que no es la primera vez que se toman medidas de este tipo. En 2022, el Banco de Japón y el Ministerio de Finanzas intervinieron en el mercado en tres ocasiones, utilizando un estimado de $59 mil millones de dólares para estabilizar el valor del yen.
Dichas anteriores intervenciones ponen de manifiesto la preocupación constante de las autoridades japonesas por la volatilidad del yen y su impacto en la economía nacional. La reciente intervención, aunque temporal en sus efectos inmediatos, refleja la determinación de las autoridades para mantener una cierta estabilidad en el mercado de divisas y mitigar los efectos negativos de una depreciación excesiva del yen.
Sin embargo, es importante recordar que las intervenciones en el mercado de divisas son herramientas de corto plazo y que la solución definitiva para la debilidad del yen radica en abordar las causas subyacentes, como la divergencia en las políticas monetarias entre Japón y otras economías desarrolladas.
La debilidad del yen encuentra su origen en una variedad de factores. El más significativo es la divergencia en las políticas monetarias entre Japón y otras economías desarrolladas. Mientras el BOJ mantiene tasas de interés cercanas a cero para estimular la economía y buscar así que las presiones inflacionarias puedan arraigarse de mejorar manera en las dinámicas económicas en Japón, la Reserva Federal de los Estados Unidos ha tenido que mantener las tasas en sus niveles más altos en décadas para combatir una inflación aun mostrando renuencia y por encima de los objetivos de la entidad estadounidense. Esto crea un fuerte incentivo para que inversores abandonen el yen y compren activos en dólares en busca de mayores rendimientos, lo que ejerce una presión bajista sobre la moneda japonesa.
Si bien naturalmente al ser Japón una nación netamente exportadora, una debilidad del yen japones no siempre es recibida de manera positiva.
La abrupta caída del yen tiene impactos variados en la economía japonesa:
Las intervenciones en el mercado de divisas pueden brindar alivio temporal al contrarrestar la depreciación de una moneda. Sin embargo, existe un debate sobre la sostenibilidad de esta estrategia en un mercado tan volátil y líquido como el yen/dólar.
El efecto de la intervención podría desvanecerse, especialmente si la brecha de tasas de interés entre Japón y EE. UU. persiste. Las declaraciones continuas del ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, y del principal funcionario de divisas de Japón, Masato Kanda, recalcan la necesidad por parte de los inversores de estar atentos a nuevas intervenciones.
De cara al futuro, gran parte de esta dinámica dependerá de que tanto aplace la Reserva Federal de Estados Unidos su proceso de normalización. Desafortunadamente, como bien sabemos, esto se encuentra dependiente del frente inflacionario, el cual durante este arranque de 2024 ha fallado en dar continuidad a las dinámicas desinflacionarias y poniendo en duda que tanto podremos ver en cuanto a recortes por parte del Banco Central Estadounidense. Amplia atención a como se conlleva el FOMC de mayo ya que este nos otorgará pistas adicionales en cuanto a como estos recientes datos económicos se encuentran impactando la “confianza” por parte de la entidad americana para poder entregar recortes de cara al futuro próximo.
Antes de profundizar en el análisis técnico del par USD/JPY, es fundamental destacar que no existe un umbral específico que desencadene automáticamente la intervención de las autoridades japonesas para defender su moneda. Si bien la reciente acción se produjo cerca del nivel de 160 yenes por dólar, este no constituye un punto de referencia fijo. En cambio, las entidades japonesas se enfocan en la velocidad y magnitud de la depreciación del yen.
Aclarado lo anterior, cabe señalar que la reciente caída del yen, superior al 10% en lo que va del 2024, podría estar siendo monitoreada de cerca por las autoridades niponas. Sin embargo, es importante recordar que este nivel es solo una referencia y que las decisiones de intervención dependerán de una evaluación holística de las condiciones del mercado y del impacto económico de la depreciación del yen.
Desde una perspectiva de largo plazo, el USD/JPY ha consolidado un cambio estructural en su comportamiento, generando nuevos máximos y mínimos a mayor nivel. Esto marca el fin de una estructura que había prevalecido durante décadas. En su avance más reciente, el par encontró resistencia en el nivel psicológico clave de 160, que coincide con los máximos registrados en 1990.
Si bien el perfil técnico y fundamental sugieren una probable continuación de la tendencia ascendente, es crucial considerar el riesgo de intervención, que por el momento parece haber establecido un límite en torno a los 160 yenes por dólar.
A corto plazo, el nivel de 155 parece estar actuando como soporte tras el rechazo en 160. Por debajo de 155, el siguiente nivel de soporte significativo no se encuentra hasta los 151.60, donde el par encontró un límite a sus avances desde finales del 2023.
La operativa de este instrumento presenta un panorama complejo debido al conflicto entre los indicadores técnicos y fundamentales que apuntan a una posible continuidad ascendente y la posibilidad de intervención por parte de las entidades japonesas, lo que genera riesgos significativos.
Un factor que podría tener un cambio en la dinámica operacional del par es la continua debilidad del JPY, que podría generar un aumento de la inflación en la economía japonesa. Esto, a su vez, podría incrementar la presión sobre el BOJ para que actúe de manera más contundente y rápida en el aumento de las tasas de interés. Sin embargo, por el momento no hay indicios claros que apunten a esta dirección.