Esta incertidumbre tiene el potencial de afectar el sector exportador de la región de diversas maneras, mientras que la desaceleración del crecimiento económico global fuera de los Estados Unidos probablemente continuará pesando sobre las economías latinoamericanas. En este contexto, los flujos de capital hacia la región podrían verse reducidos en el próximo año calendario, y con un entorno externo más volátil, una recuperación sustancial de las monedas de LATAM parece un desafío para 2025.
Esta perspectiva examina las perspectivas para el peso mexicano (MXN), el peso colombiano (COP) y el peso chileno (CLP).
El peso mexicano enfrenta un panorama incierto en 2025, principalmente debido a las políticas comerciales que la administración de Trump podría implementar. Si bien el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés) debería proporcionar cierta protección contra un entorno comercial global más restrictivo, las recientes declaraciones del presidente electo Donald Trump, que incluyen posibles aumentos arancelarios de hasta el 25% para México y Canadá, representan un riesgo significativo para la economía mexicana. Aunque el tratado no está programado para ser revisado formalmente hasta 2026, el proceso podría generar tensiones adicionales en las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos. Por ahora, se espera que las modificaciones se centren en limitar las importaciones de productos provenientes de China, particularmente en sectores clave como el automotriz y la electrónica.
A corto plazo, los titulares políticos podrían reducir el apetito por el MXN. Sin embargo, es probable que el USMCA permanezca en vigor, lo que podría proporcionar un eventual alivio para el peso. Las negociaciones también podrían enfocarse en garantizar que las reformas locales, como las judiciales, no infrinjan el acuerdo. Cabe destacar que, aunque Estados Unidos podría adoptar una postura más nacionalista, es poco probable que cierre por completo sus puertas al comercio. México debería seguir siendo un aliado importante mientras Estados Unidos continúa compitiendo con el gigante asiático, China.
En términos de política monetaria, se espera que el Banco de México (Banxico) proceda con cautela en su ciclo de flexibilización, con una tasa terminal anticipada del 9% desde el actual 10.25%. Esto podría limitar la depreciación del peso frente al dólar, pero la incertidumbre en torno a las políticas comerciales e inmigratorias de Trump mantendrá la volatilidad alta.
El peso colombiano se encuentra en una posición particularmente vulnerable en 2025, debido a una combinación de factores externos e internos que afectan su desempeño. Las incertidumbres externas, como el debilitamiento del crecimiento global fuera de los Estados Unidos y la expectativa de precios más bajos del petróleo (con un promedio de $75 por barril en 2025 frente a $80 en 2024), podrían afectar las finanzas de Colombia. Este escenario se ve agravado por riesgos fiscales internos, como la dificultad de reducir el déficit fiscal a los niveles prepandemia del 3% del PIB. Las estimaciones sugieren que el déficit fiscal para 2024 y 2025 se mantendrá por encima del 5% del PIB, con ratios de deuda sobre el PIB superiores al 60%.
Los bajos ingresos fiscales y los intentos de modificar la regla fiscal son preocupaciones clave para los inversionistas. Estos factores posicionan al COP como una de las monedas más vulnerables de la región.
El peso chileno enfrenta un escenario relativamente diferente en 2025, donde el crecimiento más lento de China podría actuar como un factor negativo para el país. Sin embargo, el aumento en el acopio de materias primas podría ayudar a sostener los precios de los commodities. China ha intensificado su enfoque en el acopio de materias primas y en el fortalecimiento del comercio con naciones "amigas" como Chile, lo que podría ayudar a prevenir una disminución significativa de las exportaciones chilenas. Es importante destacar que China es el principal socio comercial de Chile, demandando grandes cantidades de uno de los recursos clave de Chile: el cobre, con más de la mitad de las exportaciones de cobre dirigidas al gigante asiático.
Sin embargo, una vulnerabilidad clave para el CLP es la creciente estrechez en la diferencia de tasas con los EE.UU., en un contexto de "excepcionalismo estadounidense" y persistente inflación en Estados Unidos. Se espera que el Banco Central de Chile reduzca las tasas del actual 5.25% al 4.5% en 2025, lo que podría hacer que el CLP sea menos atractivo internacionalmente.
La perspectiva para las monedas latinoamericanas en 2025 es compleja, marcada por incertidumbres políticas y económicas. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca introduce un grado significativo de incertidumbre, particularmente en torno a las políticas comerciales que podrían afectar los sectores exportadores de México, Colombia y Chile de diversas maneras. Si bien el USMCA puede ofrecer cierta protección para el MXN, el COP y el CLP enfrentan riesgos significativos debido a los débiles fundamentos internos y al desaceleramiento del crecimiento global.
En resumen, los inversionistas deben prepararse para un entorno desafiante y volátil en 2025, manteniéndose alerta a los cambios de políticas y señales económicas tanto a nivel nacional como global. La capacidad de cada país para adaptarse a estos desafíos será crucial para el desempeño de su respectiva moneda en lo que promete ser uno de los años más complicados para el mercado cambiario de LATAM en tiempos recientes.
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